sexta-feira, 17 de agosto de 2007

¡Hasta siempre Joao!

Cuando te conocí yo era un chaval, tu un jefe joven con muchas ganas de trabajar y una elegancia innata que todos admiraban, un jefe cercano, amigo, sin distinguir entre directores y becarios.

El tiempo fue pasando y el trabajo nos puso a cada uno en un camino distinto, pero eso es lo que hace grandes a los amigos, que por muy largos y separados que esten esos caminos, siempre hay un vínculo que los une. Y así fué, volviste a España y y nuestros caminos se acercaron, recordaré siempre ese listado de restaurantes y sitios de Lisboa que me diste un día en el Tao de la Moraleja, recordaré siempre esa última charla en tu despacho de Telecinco antes de tu despedida, como bien dijiste,"sentémonos cerca como amigos, sin mesa de por medio que estorbe", recordaré siempre el día en que siendo yo un crio sin experiencia diste por mi la cara y me tranquilizaste cuando las cosas se pusieron feas en el trabajo, recordaré ese libreto de proverbios para los negocios en inglés que me disté, recordaré tu elegancia al llegar a mi boda en tu Spider impecable, y recordaré ese último abrazo que nos dimos pocas semanas antes de que nos dejaras.

La vida ha separado de nuevo nuestros caminos, pero siempre estarás con nosotros.

Hasta siempre amigo

Miguel